La evaluación se estructura en dos formas: A. EVALUACIÓN CONTINUA. Será necesaria la asistencia continuada a clase. Consta de PRUEBAS PRÁCTICAS que se plantearán a lo largo del temario. La participación del alumno en la fase de evaluación continua, en función del trabajo realizado, puede llegar a aportarle como máximo el 20% de la posible calificación final (el día de la presentación de la asignatura se concretará dicho porcentaje que además será publicado en la web en un documento donde se detallará el sistema de evaluación continua previsto). B. EXAMEN FINAL. Un EXAMEN escrito con una importante carga práctica al finalizar la asignatura. Los posibles puntos que los alumnos consigan sumar gracias al éxito cosechado con la realización de las distintas tareas prácticas planteadas periódicamente en la fase de EVALUACIÓN CONTINUA se sumarán a la nota de su examen final para obtener así la calificación final de la asignatura, siempre y cuando la calificación obtenida en el examen final sea superior a 4 puntos (puntuando el examen final de 0 a 10). La calificación final del alumno que no participe en la fase de EVALUACIÓN CONTINUA se obtendrá exclusivamente en base al examen final escrito. Dicho examen, evaluado de 0 a 10, será eminentemente práctico y constará de tres o cuatro supuestos prácticos y una pregunta de teoría que en todo caso nunca superará en su conjunto el 20% de la puntuación final. En consecuencia la practica del examen final supondrá entre el 90% y el 80% de la nota del alumno.