Desde la ética hasta la genética, pasando por la moral, la religión, la filosofía, o la legislación, entre otras perspectivas, se ha tratado de dilucidar ese trasfondo humano que subyace detrás de las conductas delictivas a fin de encontrar esos presuntos principios universales que expliquen la desviación de los comportamientos particulares, de tal manera que la delincuencia quepa entenderse como una degeneración respecto a unos ideales o como una transgresión al orden establecido .